martes, 11 de octubre de 2011

capitulo 8

-Esto es precioso, la cuidad desde sus ojos es distinta en cada pestañeo. Adoro Madrid.
-Uy uy uy.. ¿Estoy hablando con Amie? ¿La no-sentimental dejándose llevar? Ten cuidado pequeña, que ese no es tu terreno y mírame a mí, rayada cual cocainómano esnifando coca. Oye, ¿eso que oigo son besos?
-Si.. (responde con dificultad). Adam esta aquí conmigo. No se ha estado quieto ni un segundo desde que baje del tren. «Dejándome llevar» dice, yo no me estoy dejando llevar. Tengo la situación perfectamente controlada. “Dejándome llevar –repite de nuevo con tono burlesco”. Llevo aquí cuatro horas y me he «dejado llevar» siete veces, querida Maya. Sin parar, un dejarse llevar detrás de otro. Media caja de condones y un colchón destrozado. A mí me va a matar, no veas que agujetas y es el primer día.
-Jajaja, esa sí que es mi Amie.
-Oye ¿y tú qué? ¿Cómo vas con el modelito de Maël? Ese tío esta colado por ti y tú no te enteras, chata.
-Maël y yo somos amigos. No digas tonterías.
-Salisteis juntos y me remito a los hechos y a tus confesiones etílicas.
-Teníamos 14 años, Amie. ¿También tengo que contar como exs las veces que me case con tres  años en el patio del colegio?
-Joder tía, ¿te casaste? Esto es demasiado, ñoña desde fábrica –se burlaba entre risas.
-Cállate y vete a follar, idiota.
-Yo también te quiero mi amor, luego te llamo.


Amie tiene un nuevo... pasatiempo. Adam. Vive en Madrid, a cuatro horas de aquí, la relación perfecta para ella. Últimamente parece centrada, pobre de él. Amie nunca soltará las riendas de su vida, y menos para dárselas de lleno a un tipo como él. Incansable armadura. Un día, cuando menos se lo espere, alguien conseguirá robarle el sueño por mucho café que tome para impedirlo. El miedo sólo esconde la inseguridad de cada fracaso. La posibilidad de salir herido, de llorar. «Dejarse llevar» sonaría mejor si no apostásemos tanto en cada partida. Si todo dependiese un poco menos, de nosotros mismos.


(…)


Tres de la mañana de cualquier día de Octubre.


Perdóname, mi amor. Perdóname por haber besado otros labios, buscando los tuyos. Perdóname por haber acariciado otra piel, por haber creído escuchar tu voz. Perdóname por mi impaciencia, por fundirme en otras sabanas. Mi mirada nunca ha dejado de buscarte, te sigue buscando. Con cada amanecer y en sueños, solo te busca a ti. Perdóname por haber creído querer a otro corazón, iluso de creer tenerte. Todas mis lágrimas te pertenecen, soy tuyo. Te pertenece cada centímetro de mi alma, mi cuerpo, mis sueños y mi futuro. Te pertenezco desde el primer instante en que latió mi corazón. Desde la primera sonrisa, el primer fracaso y la última noche. Tu noche. Por eso te amo y por esto te espero. Te espero, aunque aun no te conozca porque algún día te encontraré. Te espero hoy, te esperaré mañana y el resto de mi vida. Porque un día serás mía y podré decirte, que te quería antes de saber que existieras.

Fdo: Maël.
-¿A quién le escribiste este?
-Cuando lo escribí no lo sabía. Y ahora eso da igual.
-Es precioso, Maël. No entiendo por qué insistes en esconder todo esto.
-Déjalo ya, ¿vale? No quiero hablar del tema. ¿Qué tal con Aytor?
-¿Aytor? Maël, estoy hablando contigo, joder. Déjate a Aytor, que por cierto esta como siempre, promesas y mas promesas. La última fue que se vendría a Murcia y dos semanas más tarde volvió a sacar un billete de avión. Asique déjate de Aytor, por favor.  
-Voy a partirle la cara a ese tío.
- Hablo del francés el londinense, manda cojones.


Es miércoles, de madrugada, y las noches con Maël parecen nicotina. No puedo dejar de mirar sus ojos grises, son tan claros que a veces creo ver sus pensamientos, lo que siente. Volvió el lunes desde Italia, y en dos días vuelve de nuevo a Londres. A veces pienso que si estuviera aquí más de unos cuantos días seguidos, todo sería distinto. Perfecto trotamundos sin nada que perder. Aun así, últimamente parece distinto, casi como antes, como hace seis años.

(....)

Monica Gae.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballantines & Coca-cola